Bienar es un encuentro de prácticas y experiencias artísticas contemporáneas autogestionado que hasta el momento lleva dos ediciones y que busca reflexionar sobre los protocolos que construyen un proceso de obra. En enero de este año se realizó en Isla de Rojas, María Pinto, Chile y congregó a 24 artístas Chilenos y extranjeros.
Una de las motivaciones de BieNar es poner en juicio la oficialidad en el arte, por lo que arremeten constantemente contra ciertos paradigmas del arte contemporáneo. «Atacamos con nuestros propios mecanismos moldeando los procesos de forma irónica y/o poco habitual, para llevarlos a una super-realidad», comenta Pablo Saavedra.
N.A.R. es el nombre original del equipo conformado por los Artistas Francisco Olivos y Pablo Saavedra, directores del evento. Se conocieron en la universidad y desde entonces trabajan juntos. Ellos mismos financian el evento con donaciones de familiares y colaboraciones desde diferentes disciplinas. Los registros de los eventos son hechos por amigos y los mismos organizadores preparan y montan el lugar del evento.
Prefieren evitar las ciudades con centros de arte establecidos -como Santiago, Valparaiso y Concepción- y trabajar desde lugares que puedan acercar estas experiencias artísticas al espectador nacional.
En la primera versión del encuentro realizado en febrero del 2013 en la ciudad de Santa Cruz, 6ª región, Chile. El objetivo era indagar sobre la relación «Arte y Sociedad» y los artistas invitados tenían como objetivo emplazar y elaborar su obra en diversos espacios públicos abiertos, donde intervinieron plazas, piletas, paraderos, radios, entre otros.
«En esta ocasión la programación de Bienar no tuvo un patrón sino que permitió que cada artista utilizara el espacio para hacer observaciones y reflexiones personales para un desarrollo futuro. Buscamos reflexionar y ver las posibilidades de producción de cada uno, desde el intercambio de opiniones. Al final de cada día compartimos las observaciones individuales, dialogamos sobre eso en grupo y en base a eso cada uno realizará sus presentaciones durante el año en distintos lugares de Chile. Este sistema es muy eficaz», comentan.
Curaduría del afecto
Muchos de los artistas que participaron eran amigos o conocidos todos parte de una misma red de contactos y puntos en común.
«Funcionamos con un sistema de cronograma básico, y cada día se realizaron actividades globales como: diálogos sobre las propuestas, un taller de producción personal donde cada uno trabajó en base a sus intereses y reflexiones a partir de su obra en el lugar». Hicieron prácticas, dibujo, capturas fotográficas del bosque, etc. Al caer la tarde se realizaron performances y cada día cerró con presentaciones de los artistas invitados donde hablaron de su trabajo acompañado de una proyección audiovisual sobre el fondo boscoso del lugar.
Intercambio de territorios
La bienal funciona en sinergía con la Galería Arre, una galería poco convencional creada hace dos años aproximadamente, constituida por un espacio de 2 x 3 metros junto a la carretera que tiene la idea de ceder un trozo del territorio al espacio público y hacer en el procesos de arte contemporáneo con un carácter expositivo latente, esperando de que el posible transeúnte o la gente de la localidad pueda encontrarse con este espacio.